jueves, 19 de noviembre de 2009

Jueves 19 Noviembre 2009

Desperté temprano esta mañana. Pensé en la conversación que había tenido con Ana. En el ángel que se le había presentado, y del peligro que corría ella.
Cuando comienzas a involucrarte en temas demoníacos, comienzan a ocurrir cosas extrañas en tu entorno. La explicación más acertada, es que a los demonios no les gusta que uno comience a revelar sus posibles defectos, o cómo derrotarlos, o simplemente, algunos quieren que los dejes en paz, ésos son los menos. Tienden a molestar y a ocuparnos como marionetas, lo digo hasta el cansancio. Hay pocos casos donde los demonios tienen el poder de matar a una persona cuando la poseen. Esto sucede cuando las personas no tienen la atención adecuada, o bajan sus defensas.
Ana estuvo poseída por unos segundos, pero fue solamente para advertirme algo. Eso es lo que sucede cuando hay gente a mi alrededor. He mandado tantos demonios al puto infierno, que eso les molesta, pero no te atacan, atacan a tus cercanos. El padre exorcista que me enseñó este oficio, no tenía a nadie como amigo, incluso yo era alguien ajeno a su vida de exorcista, ni siquiera me veía como su alumno, sólo como un tipo que quería aprender cómo combatir fuerzas externas. Ahora lo comprendo. Si no quieres dañar a alguien cercano, no tengas a nadie. Es algo jodido este tema, pero hay veces en que no puedo soportarlo, y tengo que ayudar. Esta vez, por ejemplo, con Ana, siento algo distinto hacia ella, siento la necesidad de protegerla, y es por eso que he acudido a un viejo amigo que tiene contactos con híbridos. Que son seres extraordinarios que una vez fueron ángeles. Se encargan de vigilar que todo esté bien en la tierra. No se involucran con los demonios que hay en el plano terrenal. Están presentes en todas partes, toman formas humanas, para pasar desapercibidos. Como cambian de forma, es muy difícil encontrar alguno, es por eso que acudo a Salinger. Es un mago que suele practicar magia negra, y visita varias veces clubes donde asisten híbridos.
A Salinger lo conocí cuando tenía un caso sobre una anciana que estaba siendo acosada por un demonio, después de haber hecho un pacto con Darabia. Un demonio que da el talento de domesticar a las aves y dar a conocer la virtud de las yerbas y piedras preciosas. La anciana había hecho un pacto con este demonio, para que le diera la habilidad de hablar con las aves, para crear una tésis que la avalara en un experimento que ella estaba realizando sobre el comportamiento de las aves y la comunicación con los humanos, experimento que realizó cuando era joven. Ella era muy apasionada por lo que hacía, pero no le iba muy bien en donde trabajaba, y al parecer, ella creía que la única forma de reivindicarse, era alcanzar un tema que , sin recurrir a estudios científicos ni nada, se podía llegar a la respuesta.Pagó caro por ello. Darabia, o Decarabia, como quieran, fue a acosarla y a perturbarla, ya que se había cumplido el plazo. Ella estaba aterrada y acudió a varios magos, brujos y exorcistas. Tenía dinero para ello.
En una reunión, donde ella me había contratado para ayudarla, conocí al tal Salinger.
Se viste muy formal, como para parecer un abogado, o algo parecido, tiene un peinado a la gomina y se deja una barbilla que baja hasta su pecho. Tiene una mirada inquietante, como si estuviera leyendo tu mente. Tal vez puede hacerlo.
En esa oportunidad, Salinger era el único que tenía la respuesta de cómo vencer a Darabia. En la reunión también estaba Salomón. No participó en absoluto, sólo miraba con atención los hechos como ocurrían.
Lo que hizo Salinger fue algo muy macabro. Tomó muestras de sangre de la vieja que estaba siendo acosada, y realizó una transfusión en un mendigo, por pocos billetes, según contó. Cuando el mendigo recibió la transfusión, hecha por el mismo Salinger, que sabe de medicina, el tipo es muy culto, tienes varios títulos universitarios, nosé como llegó a parar en este círculo de demonios y espíritus.
Como decía, el tipo hizo la transfusión, y luego de eso, ocupó un hechizo que hay en el Grimorio. Obviamente no voy a reproducir textualmente el hechizo, ya que es muy peligroso de ejecutar. El tipo tomó el libro, pronunció el hechizo tomando la cabeza del tipo y la herida donde había puesto la jeringa, dentro de un círculo alquímico. El hechizo tenía el poder de traspasar el alma de la anciana, al cuerpo del tipo, sin cambiar su conciencia. Es algo complicado de explicar, pero se puede hacer.
El resultado fue que el demonio fue a buscar el alma de la anciana, pero el alma se encontraba en el cuerpo del mendigo. Por lo que contaba Salinger, el demonio se introdujo en el cuerpo del mendigo e hizo que éste se azotara la cabeza con un fierro hasta morir. El craneo quedó destrozado, y la policía no le dió mucha importancia, dijeron que el tipo estaba loco.
En cuanto a la anciana, vive en su cuerpo, concientemente, pero no tiene movilidad absoluta, a pesar de que su columna está en perfectas condiciones. Esa es la letra chica que ella no leyó.
Salinger sabía de lo terrible que se provocaba en el hechizo, pues sin el alma, no hay nada. La anciana duró unos pocos segundos después que se hizo el hechizo. No importó mucho, la anciana ya había pagado a todos los de la reunión por anticipado.
Después de la muerte de la anciana, Salinger invitó unos tragos en un bar clandestino que él frecuentaba. Sólo aceptamos 4 personas. Salomón, un viejo mago cuyo nombre he olvidado, pero su especialidad era la magia blanca, Roberto, un sacerdote que clandestinamente realizaba exorcismos por dinero y Nélida, una bruja que tenía la habilidad de ver el aura de las personas y saber con anticipación a qué hora ibas a morir, ella se lo dijo a la anciana, pero ella no quería asumirlo, Nélida me miró y preguntó si quería saber la hora de mi muerte, eso lo hace sujetando sus manos en tus ojos, le dije que no estaba interesado.
Al llegar al bar, nos dió una pequeña charla sobre híbridos, y de cómo tratar con ellos. Hablé bastante tiempo con él, me dió mucha información, ya que encontraba curioso que un tipo joven como yo, ya tuviese tanta experiencia jodiendo a demonios.
Volviendo a la historia, visité a Salinger, estaba hablando con un fiscal. Al verme, le dijo al fiscal que se juntaran en unas horas más. Supongo que es porque el fiscal no debe saber su otro "oficio".
-¿Cómo has estado, muchacho? - me preguntó entusiastamente- Tantas lunas sin verte.
-Un poco aproblemado.
-Yo estoy bien, gracias.
El tipo era muy sarcástico, y tenía un tono de voz que algunas veces te sacaba alguna risa.
-¿Estabas hablando con gente de tu calaña?
-Es un fiscal, quiere que lo ayude en un caso.
-No pensé que fueras un abogado tan requerido.
-No quiere mis servicios como abogado - me sonrió y guardó silencio por unos segundos, como esperando que dijera algo - Quiere que mate a alguien. Ya sabes, cuando los casos de la justicia no son como uno quiere, uno espera... "justicia divina".
-Y tú eres el juez.
-Estás loco, yo no voy a matar. Mandaré a alguien que le guste matar por placer, alguien que no tenga nada que perder, alguien...
-Un demonio - interrumpí
-¡Exacto! - rió a carcajadas, unos guardias del edificio nos miraron. - Es un asunto personal, no lo olvides. Queda entre tú y yo.
-Ni siquiera sé quien es la víctima.
Volvió a reír.
-¿Sabes lo que me causa risa ? - preguntó - Tu personalidad, en vez de decirme algo por lo que estoy haciendo, como ... "eres un demente, deberías irte al infierno", o... "¿no sientes rencor al hacer algo así?" - rió con más ganas - No preguntas nada, y estás como si te estuviera contando quién subió en la bolsa de comercio.
-Mira ,Salinger. Tengo un problema.
Paró de reír, y me dijo que saliéramos del edificio. Al salir, sacó un cigarro y me escuchó con atención.
-Necesito hablar con un híbrido, ya que a una amiga se le presentó un ángel, pero le advirtió de un peligro, pero no quiso ayudarla.
-Eso es extraño. ¿En que te has metido?
-Es lo que le pasa a una amiga, a mí no me ...
-Es por tu culpa y lo sabes... suponiendo que es tu "amiga". Seguramente has luchado con un demonio de gran jerarquía.
-Tienes razón. ¿Sabes donde puedo encontrar a un hibrido?
-Claro que sí. Sacó una hoja de su pequeña libreta de bolsillo y anotó una dirección. Pregunta por Elemiah.
-Vaya nombre.
-¡Y que lo digas! - volvió a reír - te invito un trago, ¿que dices? - a los pocos segundos, observó que el fiscal miraba desde el edificio.- Creo que será para otra ocasión. Manda saludos.
-¿A quien?
-A quien encuentres.
Al terminar la conversación, tomé un taxi y le pedí que me llevara hacia donde el tal Elemiah.

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