viernes, 16 de octubre de 2009

Viernes 16 de Octubre

Un día agitado, disfrute de un poco del pago que recibí por parte del detective, la paga fue muy buena, de hecho me sorprendí con la cantidad de billetes que venían en el sobre. No quise un cheque, no confío en esas cosas. El detective me dijo que cualquier cosa, me avisaría, cualquier caso relacionado con lo paranormal. Cuando se resolvio el caso, el detective recibió los créditos, no me molestaba, era un trato que había hecho con él, nadie se debía de enterar de mi presencia , ni mi intervención. El "gremio de los detectives"es un poco cerrado, "nadie sabe más que ellos", es una ley. Que un tipo sin estudios de criminalística, haya resuelto el caso, es un golpe bajo me imagino para ellos. Con todas sus chaquetas nuevas azules e infladas, nosé qué se creen.
El día de pago, que fue a eso de las 20:00 hrs, me fui al mismo bar que frecuento. Me tomé un par de cervezas y me puse a jugar pool. Pocas veces juego pool, la razón es porque no me gusta gastar dinero en juegos, me envicio fácilmente, de hecho, por ese mismo tema he llegado a los golpes en este bar, jugando pool. La tipa que presta los tacos siempre me mira extrañadamente, desde que dejé a su marido sangrando una noche en que el muy imbécil se enojó porque iba ganando y me lanzó una bola de billar, tuve suerte de esquivar la bola, pero él no tuvo tanta suerte, estaba con alcohol en el cuerpo, y me enojo rápido. En ese instante tomé el taco que ocupaba para jugar y golpié el rostro del tipo, le volé varios dientes, no pensaba que el tipo estaba más borracho que yo, fue un golpe lento, a mi parecer, pero el tipo estaba tan borracho que no pudo esquivarlo. Esa vez se metieron todos a separar la pelea, aunque no daba para más la pelea, el tipo seguía buscando sus dientes para ver si el médico podía arreglar su sonrisa. Ése tipo ya no viene al bar. Desde que su mujer consiguió trabajo aquí, no se sabe nada de él, dicen los rumores de que la señora no tenía idea de que su marido llegaba a emborracharse al bar, no unos pocos días a la semana, sino que todos los días.
El mesero del bar es buena gente, me ha invitado varios tragos cuando quiero olvidar hechos que han pasado en mi vida, hechos muy turbios. Que por ahora no quiero revelar. La única vez en que el mesero ha cambiado completamente su carácter pacífico, es cuando en una pelea un tipo sacó una pistola. Como se imaginarán, lo que sale en las películas existe, el cantinero, mesero, dueño del local, como quieran llamarlo, sacó un rifle más grande que su panza, y eso es decir mucho, y apunto al sujeto, le dijo : "aquí la única arma de fuego que se usa, es la mía, si no van afuera, les vuelo las putas cabezas."
En esa noche, se sorprendió cuando le mencioné que iba a jugar pool, me dijo inmediatamente:
-¿Nuevo empleo?
-Algo así... me estoy acostumbrando.
-Nunca me dices en que trabajas.
-Sí te lo he dicho.
-¡Oh, vamos!, ¿en una biblioteca?, no te creo una mierda. No eres el tipo de persona que lee libros, vi como has destrozado narices y mentones, y me dices que trabajas en una biblioteca. - se largó a reír, en general, no soporto cuando se ríen de mi trabajo, pero esa vez la dejé pasar. - No trabajas en eso - siguió - dime en que trabajas.
-No, olvídalo gordo.
-No me llames gordo, náufrago leproso - me decía náufrago por mi barba, mal chiste apropósito.
-Estamos a mano, creo.
-Sí. Me debes eso sí , decirme en que trabajas.
-Ok, algun día.
Cuando fui a jugar pool, nadie quiso acompañarme, desde aquella riña, se formó una especie de mito entorno a mi persona, que era un asesino liberado, en fin, puras idioteces.
Volví a mi departamento, es un desastre, nosé como Ana no me dijo nada, ni siquiera un comentario sobre el departamento. ¿Que estoy haciendo? , ¿pensando en Ana?. Esa noche me costó dormir. Pensé en Ana, y no en un deseo carnal, si no que en un deseo incontrolable de abrazarla y contarle todo mi historia, mi verdadero trabajo, mi verdadero yo, pero no podía, si mostraba alguna clase de efecto hacia Ana, podría ser la causa de su muerte, una posesión más en el cuerpo de Ana, y no soportaría mucho, debido a su fragilidad emocional. Me pregunté toda la noche si Ana estaba bien.
Al siguiente día fui a la biblioteca, y cerca de las 11:00 am, llegó Ana, es como si hubiese escuchado mis pensamientos de la noche anterior y quería enfrentarme. Me dijo:
-Nunca me llamaste.
-Hola Ana- respondí un poco nervioso - no he tenido mucho tiempo que digamos.
-No me diste una explicación del porque te fuiste la otra vez, ¿que sucede?, puedes confiar en mí.
-Lo sé, pero no estoy preparado para contarte ciertas cosas.
-Está bien, no nos conocemos tanto... por eso quería hablar contigo ahora en la mañana.
-¿Como dices?
-Acompáñame a almorzar, sé de un lugar maravilloso, te gustará.
-Creo que puedo ir . -sonreí - déjame ordenar todo, y te veo en ese local que dices, dame la dirección.
Abrí la puerta de la biblioteca, y el aire estaba espeso, habían algunos fantasmas rondeando el sector, pero eran inofensivos, claro que no podía contarle eso a Ana, o si no la espantaría. Nos sentamos en unos asientos que generalmente ocupo para alcanzar los libros que se encuentran en el tope de los estantes. Ana rompió el silencio :
-¿Sigues con ese tema de los espíritus?
-Ana, no quiero hablar de eso, es un tema que ...
-Lo sé. - interrumpió - No es un tema que te guste tocar. Debes tener más confianza conmigo, te conozco desde que ibamos en el colegio.
-Sí, pero falta tener más confianza.
-¿En quien confías?
-No lo sé.
-Ése es un gran problema, si no sabes en quien confiar, seguirás solo. Mírate, no tienes a nadie alrededor, tus padres no están, tu hermano se fue...
-¿Como sabes lo de mi hermano?
-Lo supe el día de la fiesta, pregunté mucho por tí.
-Ya veo. ¿A donde quieres llegar?, el tema de mi hermano es algo muy complicado, lo quería mucho, ¿sabes?.
-Lo entiendo. ¿Como murió?
-No responderé eso, me pone muy triste y de mal humor.
-No se puede conversar contigo.
-No es eso, Ana. Sólo que me preguntas por...
-Te pregunto cosas que tienen que ver con tu vida, con quién eres en realidad, y no me das el espacio para conocerte. Me doy cuenta de que no tienes el mismo interés que yo tengo en conocerte...
-Ana...
-No te molestes en ir al restaurante conmigo, sólo si estás interesado vamos, no quiero que vayas porque me tengas pena de que me veas sola.
-No he dicho eso, Ana, sólo que...
Ana dejó caer una tarjeta y se marchó a un paso veloz de la biblioteca. No me daba el coraje para seguirla. Estaba mejor así. No quería que le pasara algo a Ana, sólo por estar cerca de mí la ponía en un gran peligro de demonios como Furfur, o Andromalius, entre otros. Que me tenían sangre en el ojo. Por decirlo de algún modo.
Me quedé sentado en el mismo lugar por más de media hora, pensando en las palabras que Ana me había dicho, de mi postura de muralla china, de no dejar que vea quien soy. Ningún amigo sabe en realidad quien soy realmente, ni siquiera el cura que me enseñó todo lo que sé, quien fue casi como un padre sustituto, mi hermano me conocía, incluso podría apostar que me conocía más a mí que a él.
Al caer la noche, llegué a mi departamento, como siempre, estaba mi ropa desparramada en el piso, unos cuantos periódicos tapaban mi escritorio donde se encuentra el computador que ocupo para redactar este blog. Tomé un poco de café y me puse en el balcón a ver cómo la ciudad se movía mientras yo permanecía como una estatua de concreto barato instalado en la fachada de un viejo edificio.
De pronto un vecino lanzó un grito, pensaba que talvez habría un ratón, suelen pasearse de vez en cuando, así que no salí de mi lugar, hasta que golpearon mi puerta a un ritmo vertiginoso.
Al abrir la puerta era el hijo del vecino, de unos siete años de edad, miré al rededor, para ver si estaban sus padres, pero no había rastro de ellos.
-¿Qué te pasó?
No contestaba, sólo me miraba.
-¿Que te pasó?
-Vi un fantasma.
Esto me asustaba, no podía creer que hasta un niño sabía que me manejaba en temas de ocultismo.
-¿Viste un fantasma?, ¿estás seguro?.
-Sí, mis papás llegan tarde a la casa, y el fantasma se aparece a estas horas.
-Si tus papás te ven afuera y hablando conmigo, se van a enojar conmigo y contigo, ¿que no has visto reportajes en la televisión?, se puede interpretar mal.
-¿Que cosa?
-Lárgate.
Le cerré la puerta al niño y esperé hasta sentir que el niño cerrara la puerta. Abrí la puerta y el niño seguía afuera, me había engañado.
-Tengo miedo.
-Está bien- le dije - conversaremos aqui en el pasillo, para que tus papás no se asusten.
-¿Porque?
-Porque los niños no deberían hablar con extraños, yo soy un extraño.
-Sí, usted es muy extraño.
-Gracias. ¿conoces al fantasma?, ¿es un familiar que murio?
-No, no lo conozco
-¿Cuantas veces lo has visto?
-Muchas, otras veces se sienta en mi cama
-¿Que apariencia tiene?
-Es joven
-Ok. Ahora que me hablas de ese fantasma con naturalidad, te podrá mantener más conciente si se te aparece. Debes estar tranquilo, porque los fantasmas no pueden hacerte daño, lo único que pueden hacer es darte un buen susto, pero aparte de eso, nada. Sólo quieren jugar contigo, ¿te gustan los juegos?
-Sí, pero no que me asusten.
-Entonces, diles eso, si les dices eso a los fantasmas, se van alejar, te lo aseguro. ¿Harás eso ahora?
-Sí
-Entonces ve a dormir y me cuentas como te fue.
. Gracias vecino raro.
-No me digas así, y no le digas a tus padres que hablamos,prefiero decirles personalmente.
-Está bien.
Cuando pasaron las horas, me bañé y luego me acosté en la cama, estaba el ambiente especial para dormir, hasta que se escuchó un grito, era el mismo niño.
Algo había sucedido.

1 comentario:

  1. Hola, solo te queria decir que estos textos son muy interesantes, me gustaria q subieras mas, tambien algunos libros o informacion de los demonios.
    saludos
    Mateo

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