domingo, 27 de septiembre de 2009

Domingo 27 de Septiembre

Como ya les comentaba en el post anterior, Ana llegó a mi departamento, exigiendo respuestas sobre la posesión demoníaca que habría sufrido en la reunión de ex-compañeros de colegio.
Le comenté que el demonio se llamaba Orobas, un demonio que está a cargo de legiones de demonios, pero cuando se presenta en nuestro mundo, sólo puede decir presagios, la historia ha mostrado que la mayoría de las cosas que dice, se cumplen. Como se imaginarán, no son cosas muy agradables proveniendo de una criatura del infierno.
-¿Me estás tomando el pelo? - preguntó Ana
-No, en estas cosas no bromeo. Pregúntale a tus amigas que estuvieron presentes, ellas te dirán que levitaste por pocos segundos.
-¿Cómo puedes saber estas cosas?
-Es una larga historia, que no querrás escuchar.
-¡Maldita sea!, ¡me poseyó un demonio y eres el único que puede darme explicaciones, lo mínimo es que me expliques eso!
-No lo creo Ana, hay cosas que simplemente me reservo, pero debes estar tranquila, el demonio se fue, y no te volverá a molestar.
-Un momento sabiondo, ese demonio se dirigió a tí. ¿Me puedes explicar qué significa eso?, ¿tiene alguna relación con Alfredo?
-Claro que no, Ana. Alfredo está bien. Era un buen hombre, te lo puedo asegurar. Es bueno que lo dejemos descansar tranquilamente, ¿no te parece?
-Tienes razón.
Nos quedamos varios minutos en silencio. Hasta que me miró y preguntó:
-¿Porque ese demonio te conocía?
-Por favor Ana, no quiero que...
-¡Basta de evitar el tema!, soy una persona que cree en el más allá, si no, no te hubiese dicho que hicieras un conjuro para llamar a Alfredo, ahora creo que tienes un gran problema si estás involucrado con la magia negra.
-Ana, ese no es un tema muy agradable para...
-¿Entonces estoy en lo correcto?, ¿manejas la magia negra?
No afirmé nada, pero la quedé mirando fijamente. Ella comprendió que estaba metido en toda esa mierda de la magia negra.
-¿Como llegaste a todo eso?, digo, sé que te gustaba todo ese tema, pero no pensé que después de tantos años seguirías con lo mismo. Tienes que alejarte de todo eso, han mostrado casos en la televisión en que la gente acaba muy mal.
-Sé lo que hago Ana, gracias por tus consejos, pero esta es una buena fuente de ingresos, y deberías dejarlo así. Me dedico a esto hace muchos años, y puedo asegurar que puedo defenderme bien.
-Estás loco, me acabas de decir que un demonio te amenazó ¿y vas a seguir en lo mismo?
-Ayudo a la gente, a cambio de dinero, pero la ayudo, es un trabajo que debería hacer la iglesia, pero sus métodos ya no funcionan, ¿sabes?
-Me cuesta creer que estés metido en todo esto. Mis amigas me dijeron que levité por algunos segundos, estaban aterradas, menos tú, les pregunté a todos los de la fiesta, y todas las versiones coincidían en que tú hablabas conmigo, cuando... estaba poseída. Quería escuchar tu versión, y me hablas con tanta serenidad que no puedo dudar de tí y de lo que me dices sobre los demonios y esas cosas.
-¿Y que quieres ahora?
-Nada, solamente quería saber eso.
-Gracias por la preocupación Ana, pensaba llamar para ver como seguías, pero pasó el tiempo y ...
-No tienes que decir nada. Eres un buen amigo.
Tomó mis manos y sonrió. Una agradable y tranquila sonrisa, nunca había visto a Ana de una forma que no sea como una amiga, pero en ese momento sentía una fuerte atracción hacia ella, talvez porque veía su fragilidad, desde que murió Alfredo que su autoestima bajó, y desde ahí sentía una necesidad de cuidarla. Me caía bien en el colegio, no era tan atractiva como ahora. ¿Que mierda estoy diciendo?, ella siempre ha sido atractiva, pero nunca tuve la oportunidad de hacérselo saber. Y no podía arriesgarme a decirle eso ahora. Los demonios me estaban vigilando, estaba seguro de eso. Después de la conversación con el Padre Gonzalez, supe que los demonios estaban detrás de mis seres queridos, y si mostraba algo de afecto hacia Ana, una segunda posesión demoníaca hacia ella, podría matarla.
Así que dejé que se fuera, pese a que su mirada podría hechizarme con la potencia de 10 libros de magia.
-Gracias por todo, ¿te veré después?
-No lo sé, Ana. Tal vez.
Ayer sábado en la noche fui a dar al mismo bar que recurro los sábados, y tomé más de la cuenta. Llegué devastado a mi departamento, pero por lo menos logró quitar de mi mente la imagen de Ana, y de las miradas ocultas de los demonios que me seguían.
El teléfono sonó y pensaba que era otra broma, hace días que llamaban y cortaban.
-Aló
-Hola, sé a que se dedica. Soy investigador privado, y ocurrió un asesinato en Franklin, necesito de su ayuda , ya que su conocimiento sobre lo paranormal podría ser de gran utilidad. Han asesinado a un ladrón que desde hace tiempo buscábamos, y ha muerto en extrañas circunstancias, solicito su presencia inmediatamente.
Acordamos la hora y el lugar. Estaba un poco jodido. Alguien habría abierto la boca sobre mis conocimientos paranormales, pero al parecer sólo contó una parte de mi historia, si no, ese mismo detective vendría a mi casa a llevarme preso. Ya estaba involucrado en algo extraño y me disponía a resolverlo.

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